La dehesa es mucho más que un paisaje; es el hábitat natural del cerdo ibérico y la base de la calidad de su jamón. En este ecosistema único, los cerdos viven en libertad, recorriendo extensas hectáreas de encinas y alcornoques.
Durante la montanera, se alimentan de bellotas y pastos naturales, lo que confiere a la carne su infiltración característica de grasa y su inconfundible sabor. La dehesa, además, es un espacio sostenible que conserva la biodiversidad y las tradiciones rurales.
Este entorno natural es fundamental para entender la excelencia del jamón ibérico de bellota: sin dehesa no existiría el auténtico ibérico. Cuidar este ecosistema es proteger un patrimonio cultural y gastronómico único en el mundo.
Conoce más sobre el valor de la dehesa explorando nuestra selección de jamones y paletas ibéricos loncheados, donde la naturaleza se convierte en sabor.