El jamón ibérico de bellota es fruto de un proceso que combina naturaleza, tradición y paciencia. Todo comienza en la dehesa, donde los cerdos ibéricos se crían en libertad y se alimentan de bellotas durante la montanera. Esta alimentación aporta la infiltración de grasa y el sabor característico del ibérico.
Después, las piezas pasan por una fase de salazón y posterior curación en bodegas naturales, donde el tiempo, la temperatura y la experiencia de los maestros jamoneros garantizan un resultado excepcional.
Cada etapa —desde la selección del animal hasta el corte final— está pensada para preservar la calidad y ofrecer un producto único en el mundo.
Vive la experiencia auténtica del ibérico con nuestra selección de loncheados de bellota 100 % ibéricos, listos para degustar en cualquier ocasión.